En el final de su autoimpuesto retiro, Elisa Carrió recibió ayer nuevas presiones de la UCR, que persiguen un solo objetivo: que sea candidata a diputada nacional por la Capital en las elecciones de junio próximo.
"Había un compromiso y un acuerdo, que incluía su candidatura", recordaron ayer a LA NACION tres fuentes del centenario partido. Dos de ellas arriesgaron que el propio titular del Comité Nacional de la UCR, Gerardo Morales, habría insistido ante la líder de la Coalición Cívica para que acepte ser primera o segunda candidata de la lista común.
Más allá de la vuelta a la acción de su jefa política, en la CC reina cierto desconcierto por el mutismo de Carrió. "Si no va ella [de candidata] se caen los acuerdos", se lamentaba un antiguo y preocupado colaborador de ARI porteño. Algunos temen que su actitud termine por derrumbar los acuerdos a nivel nacional con sus socios radicales y el socialismo que preside Rubén Giustiniani.
El diputado Fernando Sánchez (CC-Capital), miembro del selecto grupo de dirigentes que ayer pudo conversar con la ex candidata presidencial, recibió una respuesta familiar. "Mucha gente se está poniendo nerviosa, pero tienen que quedarse tranquilos, todo va a estar bien", le dijo Carrió a Sánchez, que ocupa la banca de Carrió desde que ésta renunciara para ser candidata presidencial.
Cerca de Carrió afirman que el silencio de su jefa coincidió con el desgaste de su principal contendiente en territorio porteño. "Todo lo que se dijo de Michetti [Gabriela] la está empezando a desgastar. Y eso va en favor de Prat-Gay", evaluaron desde la coalición, optimistas sobre las chances electorales del economista y hasta hoy primer candidato a diputado por el espacio común.
Mientras da lugar a las especulaciones, la ex diputada enfrentará hoy a los periodistas, luego de un encuentro con cámaras de comercio europeas en el hotel Savoy, acompañada por Prat-Gay, la candidata bonaerense Margarita Stolbizer y Patricia Bullrich.
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