Malas noticias para los K

Las encuestas son un mal sueño para el matrimonio que habita en Olivos. Para su desesperación, también desde La Plata llegan señales funestas: el nombre de Daniel Scioli como cabeza de compañía del oficialismo bonaerense no logró el impacto esperado.

Un sondeo realizado en el partido de San Martín, circuito testigo de la primera sección electoral, descorazonó a los analistas K: la dupla Francisco de Narváez-Felipe Solá lidera las preferencias con el 27,1% de intención de voto, los escoltan Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín con el 21, 7% y terceros se ubican Scioli-Kirchner con el 17,9 por ciento.

En el conjunto del territorio provincial, los dos peronismos se mantienen en virtual empate técnico y el radicalismo, que sigue en ascenso, vive una primavera de incalculables consecuencias luego de que la muerte reactualizara en el imaginario colectivo las virtudes republicanas de Raúl Alfonsín.

La mala performance de su oferta ha llevado al oficialismo a pensar en soluciones alternativas: una de ellas es la posibilidad de volver los comicios a su fecha original del 25 de octubre. Los encargados de preparar la salida de emergencia son, según se cuenta, el imaginativo asesor Juan Carlos Mazzon y Ramón “Pelado” Ruiz, quienes ya habrían tanteado con poca fortuna al juez federal de Córdoba Ricardo Bustos Fierro.

En la mira está ahora María Romilda Servini de Cubría, con la que el diputado Ruiz tiene buena realación y a la que debe su designación como ex interventor judicial del PJ.

La nueva martingala electoral se sostendría en una consideración de ribetes constitucionales: con la actual convocatoria del 28 de junio, quedan fuera de los padrones unos 280 mil nuevos votantes a los que se les priva de su derecho al sufragio.

El mecanismo sería activado en caso de alerta roja por un recurso de amparo que, es obvio, no debería ser presentado por ningún oficialista explícito.

Aún en los cenáculos de una oposición acostumbrada a casi todo se dudaba de esta versión, que corre con fuerza desde hace un par de semanas. ¿Por qué –se preguntan muchos– suponen los Kirchner que el escenario de octubre les es ahora más amigable que el de junio?

Otros responden que el Gobierno –inducido por las previsiones de Washington– especula con un amesetamiento de la crisis a partir del segundo semestre del año. Ello traería aparejado un mejor humor social.

Mientras continúa convocando a actrices veteranas al casting electoral, Scioli se prepara para el día después de una eventual derrota. Entre otras cosas, le transmitió un mensaje pacificador a Eduardo Duhalde, recién regresado de Brasil. Scioli le comunicó al lomense que se sabe un instrumento del triunfo de Kirchner, pero que no será Kirchner sino él el postulante a las próximas presidenciales.

Además le pidió que, más allá de lo que fuere a ocurrir el 28 de junio, siguiera considerándolo un aliado. Duhalde escuchó, sonrió y calló, más disgustado por las picardías de Daniel “Chicho” Basile, quien acaba de instalar la candidatura de Luis Patti, el comisario que podría birlar un caudal nada desdeñable de votos a De Narváez.

Aseguran que la maniobra es un producto de la presión de Basile, un hombre de Las Flores, para que su nombre destelle en las listas PRO-peronistas de la primera sección electoral.

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