Catamarca se convirtió en una sucursal de Olivos

SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA.- La cúpula de la alianza peronista ultimaba con el Gobierno los detalles de la llegada de Néstor Kirchner, mientras el secretario nacional de Obras Públicas, José López, confiaba planes de viviendas en manos de intendentes fieles. Cerca de ahí, el bonaerense Mario Alberto Ishii, cacique de José C. Paz, ordenaba la logística del megafestival justicialista que anoche condujo su amigo bailantero Daniel Santillán, "La Tota". En la calle, un escuadrón de jóvenes empapelaba la ciudad con el último eslogan proselitista: "Catamarca te quiere en paz". 

El peronismo ayer vivió con efervescente obsesión el día previo al desembarco de Kirchner, que hoy encabezará el cierre de campaña de las elecciones legislativas provinciales. Apoyará aquí a los candidatos del Frente Justicialista para la Victoria, que competirán en el primer test electoral del año contra el Frente Cívico y Social, del gobernador Eduardo Brizuela del Moral, uno de los primeros radicales K, que ahora apoya a Julio Cobos. 

El desafío desvela a Kirchner por su valor simbólico: el domingo será la primera vez que sus hombres enfrentarán al cobismo en las urnas. 

El jefe peronista ordenó que la estructura del PJ se encolumnara para ganar "como sea" esta elección, en la que se sólo se eligen 21 diputados y 8 senadores provinciales, la mitad de los concejales de los distritos y un intendente, en Los Altos. 

Desde hace un mes, funcionarios nacionales peregrinan cada semana para entregar subsidios o hacer anuncios. Además de José López, que ya viajó tres veces, estuvieron la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; el jefe de la Anses, Amado Boudou; el secretario de Deportes, Claudio Morresi, y el secretario de Minería, Jorge Mayoral. El operador Juan Carlos Mazzón y los caciques del conurbano, encabezados por Ishii, aportaron "logística". Todo bajo el paraguas de una curiosa alianza con el sindicalista Luis Barrionuevo y el senador Ramón Saadi, motorizada por Armando "Bombón" Mercado, ex esposo de Alicia Kirchner. 

"Tenemos que ir todos contra el gobierno provincial", ordenó Kirchner en enero, cuando selló la coalición. Los operadores peronistas, sin embargo, no ocultan la incomodidad. "Lo importante es recuperar una provincia que es radical desde 1991", justificó un kirchnerista. "Es más fácil negociar con peronistas que con radicales", razonó un barrionuevista. 

Tan embarazosa resulta en público la unidad que Barrionuevo nunca viajó a la provincia durante la campaña. Llegará mañana, en silencio. "No podía aparecer si quiere pelear en octubre contra los Kirchner", justificó un hombre de su confianza. Eso sí: en el reparto de cargos fue el más favorecido. La mayoría de los candidatos a diputados son de su sector, incluyendo el primero en la lista, Hugo Argerich. La segunda es la sobrina de Mercado, Verónica. 

El más perjudicado en el reparto fue Saadi, que se acercó al Gobierno al votar en favor de la resolución 125. Ayer hizo tambalear la unidad: se quejó de cómo se habían armado las listas y habló de "intereses mezquinos". 

Ni Barrionuevo ni Saadi estarán hoy en el acto de Kirchner. Allí, el ex presidente "nacionalizará" la disputa, ante ministros nacionales y gobernadores vecinos. Dirá que en esta elección el destino de la Argentina está en juego. 

Es la estrategia inversa a la de Brizuela, que está de gira por el interior. Tiene un solo objetivo: "Provincializar". Por eso abortó la llegada de su amigo Cobos, que iba a viajar para respaldar a sus candidatos. "No era el momento", dijo ayer un hombre de confianza del gobernador, que lo acompaña en su recorridas, donde tiene montada su propia estructura: desde hace semanas inaugura obras y entrega subsidios, financiados en gran parte con fondos de regalías mineras.

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